El dolor de cuello es la segunda razón más común por la que los pacientes buscan atención quiropráctica, y es particularmente un problema en los trabajadores de oficina. Un estudio estimó que el dolor de cuello afecta al 42-69% de los que trabajan en entornos de oficina. Muchos de estos individuos experimentarán episodios recurrentes de dolor en el cuello, y al menos uno de cada seis puede desarrollar dolor crónico en el cuello. Si bien la quiropráctica ofrece una forma segura y eficaz de controlar el dolor de cuello, ¿Existen algunos pasos que un trabajador de oficina pueda realizar para reducir el riesgo de dolor de cuello en primer lugar?
Según un estudio, dar una caminata diaria puede ser una estrategia eficaz para prevenir el dolor de cuello. En el estudio, que incluyó a 387 trabajadores de oficina sin síntomas espinales en los tres meses anteriores, los investigadores pidieron a los participantes que usaran un podómetro y tomaran nota de cualquier síntoma de dolor espinal durante el año siguiente.
De los 367 participantes que completaron el estudio, 16% reportaron la aparición de dolor de cuello. Los resultados mostraron que por cada 1.000 pasos que un participante promediaba cada día, su riesgo de dolor de cuello descendía un 14%. Los autores concluyeron que aumentar los pasos en las caminatas diarias protege contra la aparición de dolor de cuello en aquellos que realizan trabajos sedentarios, y que los gerentes deben formular y probar estrategias para fomentar la caminata y así reducir la incidencia de dolor de cuello entre los empleados.
¿Qué hay sobre otras formas de ejercitarse? Un meta-análisis de datos de dos pruebas de control aleatorias que incluyeron a más de 500 participantes, mostró evidencia de calidad moderada que arrojó que participar en un programa de ejercicios en el lugar de trabajo puede reducir el riesgo de desarrollar un nuevo episodio de dolor de cuello hasta en un 68%. En la primera prueba, los participantes realizaron entrenamiento de estiramiento y resistencia dos veces al día en el trabajo, y dos veces al día en casa. La segunda prueba involucró una combinación de ejercicios de fuerza, equilibrio, capacidad aeróbica y conciencia corporal que incluyó información de salud, entrenamiento ergonómico y entrenamiento de manejo de estrés tres veces a la semana, durante una hora, durante un período de nueve meses.
Aunque no es posible evitar por completo una afección como el dolor de cuello, la evidencia sugiere que la participación regular en actividades físicas puede reducir sustancialmente el riesgo. Para aquellos que desarrollan dolor de cuello, es importante que busquen atención quiropráctica lo antes posible, esto puede conllevar a una resolución más rápida de los síntomas y reducir el riesgo de recurrentes dolores de cuello y dolor crónico de cuello.