Si bien puede sonar confuso, el tipo más común de dolor de cuello es el dolor de cuello no específico; es decir, el dolor de cuello que se produce en ausencia de una enfermedad o patología subyacente, como una infección o una fractura osteoporótica. Más bien, el dolor de cuello no específico es causado por problemas posturales o mecánicos que afectan los tejidos blandos del cuello. Si los síntomas persisten más de tres meses, se clasifica como dolor de cuello crónico no específico (CNSNP, por sus siglas en inglés). ¿Cuál dice la literatura que es el mejor enfoque de tratamiento para un paciente con CNSNP?
En el 2022, los investigadores publicaron una revisión sistemática y un meta-análisis de ensayos clínicos aleatorios publicados anteriormente con respecto a los tratamientos farmacológicos y no farmacológicos para el CNSNP. La revisión incluyó 119 ensayos clínicos aleatorios que incluyeron un total de 32 intervenciones y 12.496 pacientes. Los autores se centraron en cómo cada enfoque afectaba la intensidad del dolor y la discapacidad, así como los eventos adversos asociados con el tratamiento.
En comparación con el tratamiento inerte (placebo o simulado), los investigadores encontraron que una combinación de intervenciones no farmacológicas multimodales activas y/o pasivas es más eficaz para reducir el dolor y la discapacidad seis meses después de la intervención. Un ejemplo de tal enfoque sería la terapia de manipulación espinal aplicada por un quiropráctico y los ejercicios específicos para el cuello realizados por los pacientes en casa entre las visitas. Es de destacar que la revisión no encontró evidencia que apoye los fármacos antiinflamatorios para el tratamiento del CNSNP.
Los autores también señalan que mientras las pautas se centran más en las intervenciones activas, como la educación y el ejercicio, esta revisión muestra que una combinación de intervención activa (ejercicio) y pasiva (terapia manual) o una combinación de dos intervenciones pasivas puede estar entre las opciones de tratamiento más efectivas. Algunos de los ejemplos de intervenciones pasivas que un paciente puede recibir en un consultorio quiropráctico incluyen la terapia de manipulación espinal, movilización, técnicas de tejidos blandos, tracción, acupuntura, etc.
De vez en cuando, las organizaciones profesionales o los órganos rectores reunirán a un grupo de expertos para analizar las últimas investigaciones y determinar si se deben actualizar las pautas de tratamiento. Si se publican más revisiones sistemáticas como la destacada en este artículo que favorecen un enfoque multimodal que favorece las terapias pasivas, entonces las pautas pueden actualizarse para reflejar eso. Hasta entonces, su médico quiropráctico seguirá utilizando la mejor evidencia disponible, así como su experiencia clínica, para controlar su dolor de cuello crónico no específico para que pueda volver a sus actividades normales lo antes posible.