Los trastornos asociados al latigazo cervical (WAD, por sus siglas en inglés) describen una constelación de síntomas (dolor de cuello, dolor de cabeza, confusión mental, dolor de brazo irradiado, dolor de espalda media y/o lumbar, rigidez de cuello y de la espalda superior, espasmos musculares, fatiga, ansiedad, pérdida de memoria, etc.) que puede resultar del movimiento repentino de latigazos hacia adelante y hacia atrás de la cabeza y el cuello. Si bien las colisiones de vehículos motorizados se asocian con mayor frecuencia con WAD, dicha lesión también puede deberse a una colisión deportiva, una caída y un abuso/trauma físico. Dado que la afección es una razón común por la que las personas son referidas para recibir atención quiropráctica, echemos un vistazo a cómo se diagnostica y maneja el WAD.
Su médico quiropráctico le pedirá que complete el papeleo inicial que incluye los datos biográficos habituales, así como cuestionarios específicos del evento que causó la lesión por WAD. El examen físico incluirá varias pruebas de movimiento para ayudarlos a determinar el (los) generador(es) de dolor y si existe o no una lesión neurológica. Las radiografías tomadas desde el frente, el costado y al final del rango de movimiento pueden usarse para evaluar la integridad del ligamento. Si es necesario, se pueden solicitar imágenes avanzadas —una tomografía computarizada o una resonancia magnética, por ejemplo— para proporcionar una imagen más clara sobre el daño a los tejidos blandos (como los discos).
Las pautas de tratamiento actuales para WAD recomiendan terapias que promueven la restauración del movimiento y para que los pacientes continúen la actividad tanto como "normal", ya que inmovilizar el cuello (usando un collarín cervical, por ejemplo) en realidad puede retrasar la recuperación y prolongar el regreso a la actividad normal. Los médicos quiroprácticos están capacitados para emplear una serie de opciones de terapia manual para reducir el dolor y la discapacidad para facilitar el proceso de curación. El tratamiento en el consultorio también puede incluir modalidades de masaje y fisioterapia como estimulación eléctrica, ultrasonido, láser, campo magnético y más.
Un quiropráctico también puede prescribir ejercicios específicos para que el paciente los realice en casa para fortalecer los músculos cervicales profundos y mejorar el rango de movimiento del paciente. Para controlar el dolor y la inflamación, el paciente también puede recibir instrucciones sobre la aplicación de calor y/o hielo, así como recomendaciones de agentes antiinflamatorios naturales como jengibre, cúrcuma, bioflavonoides o para reducir su ingesta de alimentos procesados, que pueden promover la inflamación en el cuerpo. Si hay una lesión cerebral, los quiroprácticos con frecuencia se asocian con otros profesionales de la salud que se especializan en estos asuntos. A menudo, un enfoque de equipo ofrecerá los mejores resultados en casos más complicados.
Dado que los estudios han demostrado que los pacientes con WAD que retrasan la atención tienen más probabilidades de desarrollar síntomas crónicos, es importante recibir un examen completo del cuello y los tejidos blandos asociados lo antes posible.