¿Alguna vez le han dicho (o al menos lo ha oído decir): “Si pudiera bajar unos pocos kilos, su dolor lumbar mejoraría?” Está bien sabido que el exceso de peso contribuye al dolor lumbar. Entonces, si ese es el caso, ¿Qué enfoque dietético es "el mejor"?
Aunque la pérdida de peso es muy importante, puede ser un gran desafío para los pacientes, ya que requiere de compromiso para lograr el éxito a largo plazo. Claro, podemos perder peso con la Dieta Adkins, la Dieta Mediterránea, la Dieta South Beach o mediante la dieta Weight Watchers y una serie de otros enfoques. Pero, ¿Por qué parece que recuperamos el peso perdido una vez que descontinuamos el plan de dieta? Debe haber una forma de deshacernos del peso y no volver a recuperarlo luego.
Tenemos una estructura genética muy similar a la de nuestros antepasados del Paleolítico (era del hombre de las cavernas). Dado que esto es un hecho, podemos observar el tipo de comida que consumían nuestros antepasados lejanos y, lógicamente, sacar la conclusión de que la "Paleodieta" o la "dieta del hombre de las cavernas" sería una gran alternativa a nuestra dieta actual. ¡Afortunadamente, esto no significa que cambiaremos nuestro vestuario y estilo de vida hasta el punto de regresar a vivir en cuevas y lanzar lanzas para cazar y recolectar!
Lo que sí significa, sin embargo, es que consumimos alimentos similares: Carne de animales alimentados con pasto (cuanta más magra, mejor) y alimentos que crecen en la tierra, es decir, frutas y verduras. Estos alimentos se descomponen y asimilan fácilmente sin alertar al sistema de defensa de nuestro cuerpo (el sistema autoinmune) de que alguna partícula extraña está dentro de nosotros, lo que resulta en un ejército de anticuerpos que aparecen para protegerse de estas partículas enemigas. Al evitar esta respuesta autoinmune, al mismo tiempo, estamos reduciendo o evitando por completo el proceso inflamatorio, que es un denominador común de todas las enfermedades, incluyendo las afecciones musculoesqueléticas como el dolor de espalda.
Entonces, ¿Qué es lo que comemos demasiado ahora, que el hombre de las cavernas no comió? ¡La respuesta es gluten! La mayoría de los productos a base de harina (pan, pasta, galletas, pasteles, entre otros) contienen gluten y son "pro-inflamatorios" o causan inflamación sistémica. Con el tiempo, esto puede provocar aumento de peso, diabetes mellitus, enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y muchas otras afecciones. La razón por la que el gluten es malo es que nuestros cuerpos no son genéticamente capaces de manejar la descomposición de estas grandes "macromoléculas". Cuando se detecta el gluten, producimos anticuerpos para atacar esas partículas que están descansando sobre la pared intestinal, y a su vez, esta se daña en el proceso, dando como resultado un "intestino permeable" que permite la absorción de estas partículas grandes. Esto resulta en aún más respuestas autoinmunes a medida que estas macromoléculas grandes (normalmente no absorbidas) se detectan en nuestro torrente sanguíneo, lo que favorece el proceso inflamatorio. Este daño conduce a nuevos síndromes de malabsorción y se crea un círculo vicioso. Entonces, ¿Qué podemos hacer para evitar que esto suceda y cómo podemos reducir la inflamación a través de nuestra dieta?
¡Fácil! ¡Deja de comer gluten! Con el tiempo, tu peso bajará, tus niveles de energía aumentarán y, cuando la niebla mental se disipe, te sentirás 10 años más joven y podrás disfrutar de la vida plenamente. ¿Suena demasiado bueno para ser verdad? Pruébalo, demuéstranos que estamos equivocados, ¡Te retamos! :-)