Como se indicó en artículos anteriores, el dolor lumbar puede surgir de muchas estructuras diferentes. El síndrome facetario lumbar es aquel que involucra la articulación facetaria e incluye variedades tanto agudas (nuevas) como crónicas (antiguas). La articulación facetaria es sinónimo de la articulación cigapofisaria, así que si escuchas esa palabra, ¡No dejes que te desanime! Aproximadamente el 45% de los pacientes con dolor lumbar crónico sufren de "síndrome facetario" en el que las facetas son el generador del dolor lumbar crónico.
Hay muchas condiciones que dan lugar al síndrome facetario. Algunos de estas incluyen el esfuerzo de la cápsula articular circundante (la cápsula mantiene la articulación firmemente unida), hipomovilidad articular (movimiento reducido en la articulación), un quiste sinovial (similar a un ganglio en la parte posterior de la muñeca pero ubicado dentro de la articulación), y degeneración (también llamada osteoartritis, un tipo de artritis desgastante).
Debido a que el síndrome facetario puede acompañar a otras afecciones, un médico quiropráctico debe evaluar a cada paciente individualmente y tratar a cada persona de manera adecuada. En el síndrome facetario "puro", el dolor rara vez sobrepasa el nivel de la rodilla y no causa pérdida neurológica (debilidad, pérdida de reflejos, entre otros). Puede crear entumecimiento, pero generalmente NO más allá de la rodilla. El dolor no suele empeorar con los movimientos de la cadera, como la elevación de la pierna estirada o la rotación de la cadera.
El "trabajo" de la articulación facetaria (al menos en parte) es limitar o proteger de los movimientos de torsión en la región lumbar superior/lumbar inferior. Las facetas lumbares inferiores están diseñadas para limitar el movimiento cuando se dobla hacia adelante y hacia atrás. Las articulaciones facetarias son únicas porque están inervadas por nervios específicos que pueden bloquearse mediante la inyección de un agente anestésico para determinar si la faceta (y su nervio inervado) es la principal fuente de dolor. La cápsula circundante alrededor de la articulación facetaria contiene mecanorreceptores (células que detectan el movimiento) y nociceptores (células que detectan el dolor) que se activan cuando la articulación facetaria se comprime/aprieta o se estira demasiado. Estos nociceptores pueden "hipersensibilizarse" (volverse muy irritables) cuando permanecen inflamados mucho tiempo.
En muchos pacientes, la lesión en una articulación facetaria es el resultado de muchos microtraumatismos durante un período de tiempo, y no de un solo evento aislado. Por ejemplo, doblarse repetidamente hacia atrás, girar e inclinarse hacia un lado puede estirar la cápsula articular y fatigarla haciendo que algunos tejidos capsulares finalmente "cedan" y se inflamen, lo que genera dolor.
Estas articulaciones comúnmente se vuelven artríticas con la edad, que es una de las razones por las que las personas mayores de 50 a 60 años suelen presentar síndrome facetario. La osteoartritis produce un estrechamiento del espacio articular y provoca una articulación "comprimida" de forma más permanente. Esta es una de las razones por las que muchas personas mayores caminan parcialmente inclinadas, ya que al inclinarse hacia adelante se abren las articulaciones facetarias y "¡Se siente bien!"
La buena noticia es que la manipulación quiropráctica es un tratamiento muy eficaz para el síndrome facetario y la mayoría de los pacientes se sienten mucho mejor dentro de la primera o segunda semana de tratamiento (a menudo entre tres y cinco visitas).