La columna cervical a menudo está implicada en la aparición y/o presencia de dolores de cabeza. Esto se debe en parte a que las tres primeras raíces nerviosas cervicales salen de la columna y entran en la parte posterior de la cabeza a través de un grupo de músculos particularmente grueso unidos a la base del cráneo a lo largo de la cresta nucal.
Cualquier cosa que apriete la musculatura cervical superior puede provocar dolor de cabeza y, ciertamente, el estrés tiene la característica única de aumentar la tensión de los músculos del cuello. La cefalea cervicogénica y la cefalea tensional son los dos términos más utilizados asociados con la disfunción del cuello. Las migraña son un tipo de dolor de cabeza vascular, y estas también pueden ser ayudadas en gran medida, mediante la manipulación espinal de la región cervical superior, aunque el mecanismo de cómo esto ayuda es menos conocido.
Cuando los pacientes ven a un quiropráctico para tratar sus dolores de cabeza, el papeleo que completan puede incluir cuestionarios sobre cómo sus dolores de cabeza afectan tanto a su bienestar como a sus actividades diarias. Estos datos se pueden usar para monitorear el progreso de un paciente a lo largo del tiempo. De manera similar, en cada visita se les puede pedir a los pacientes datos sobre la frecuencia, intensidad y duración de sus dolores de cabeza desde su última visita, para determinar si se debe considerar un nuevo enfoque de tratamiento.
La quiropráctica ofrece múltiples tipos de tratamientos con el objetivo de reducir el dolor de cuello y el dolor de cabeza, restaurar la función de las vértebras en la columna cervical, especialmente en la región cervical superior, y enseñar al paciente métodos preventivos de autogestión como ejercicios, hielo y/o calor y modificaciones dietéticas.
Debido a que la quiropráctica incluye una evaluación de todo el sistema musculoesquelético, un médico quiropráctico puede detectar fallas biomecánicas en la parte inferior del cuerpo que pueden desempeñar un papel en el proceso del dolor de cabeza. Un buen ejemplo de esto es un pie plano con pronación del tobillo, que crea un efecto de rodillazo y caída en la pelvis en el mismo lado. Esto puede afectar la curvatura de la columna provocando problemas de estabilidad en el cuello. En este caso, los aparatos ortopédicos prescriptivos para el pie, para corregir el problema de pronación del tobillo y/o una plantilla de elevación para corregir una pierna corta, pueden tener beneficios dramáticos para quienes sufren de dolor de cabeza, sin mencionar otras molestias de la columna como el dolor lumbar.