Las personas que padecen migrañas conocen muy bien esa sensación palpitante, pulsante y nauseabunda que acompaña a sus dolores de cabeza, como también, la discapacidad a la que estos a menudo conllevan. La causa subyacente de las migrañas aún no es bien comprendida, pero la genética (antecedentes familiares), los desequilibrios químicos en el cerebro (serotonina, en particular), los factores ambientales (clima, alérgenos) y los cambios hormonales parecen influir. Debido a que los medicamentos para controlar los dolores de cabeza pueden tener efectos secundarios potencialmente graves, especialmente con el uso prolongado, muchos pacientes optan por tratamientos de enfoque no farmacéuticos para reducir la frecuencia e intensidad de sus migrañas...
Una encuesta de 2018 en la que se entrevistó a 4.356 adultos estadounidenses con antecedentes de migrañas encontró que, los síntomas comunes asociados con las migrañas incluyen sensibilidad al tacto (32%), antojos de comida (28%) y alucinaciones (18%) que incluyen el sonido y el olfato. Los alimentos más comunes para desencadenar una migraña fueron el chocolate un 75%, el queso (especialmente los quesos añejados) un 48%, las frutas cítricas un 30% y el alcohol (especialmente el vino tinto) un 25%. Otros alimentos que pueden ser desencadenantes incluyen carnes curadas, glutamato monosódico (GMS), aspartamo (y otros edulcorantes artificiales), bocadillos, alimentos grasos, productos lácteos, colorantes alimenticios, café, té, cola y nueces.
Según un estudio de 2019, las personas que sufren de migrañas, a menudo tienen deficiencia de magnesio (Mg), un mineral que se encuentra naturalmente en las espinacas, las nueces y los cereales integrales. El magnesio también es importante para regular la presión arterial, el azúcar en sangre (glucosa) y la función muscular y nerviosa. Una meta-revisión de los hallazgos de estudios anteriores reveló que los pacientes que padecen migraña y que recibieron un suplemento de Mg informaron reducciones tanto en la frecuencia como en la intensidad del dolor de cabeza. Otros beneficios incluyeron una disminución de las hospitalizaciones durante el embarazo y, con una dosis más alta, una menor incidencia de diabetes tipo 2 y accidente cerebrovascular.
Otra opción nutricional anti-migraña incluye el uso de Matricaria (Tanacetum parthenium) tanto para la prevención como para el tratamiento de las migrañas. Otros beneficios de la Matricaria son la reducción de la fiebre, ciclos menstruales irregulares, artritis, psoriasis, alergias, asma, tinnitus, mareos y náuseas / vómitos. También existe apoyo investigativo en cuanto al uso de riboflavina (vitamina B-2), melatonina y coenzima Q10 por pacientes con migraña.
Los médicos quiroprácticos a menudo tratan a sus pacientes que padecen migraña mediante un enfoque multimodal que incluye manipulación y movilización de la columna cervical, modalidades de fisioterapia, entrenamiento con ejercicios para el hogar, asesoramiento nutricional (incluido el asesoramiento sobre suplementos) y otros enfoques de tratamiento conservadores basados en las necesidades específicas del paciente.